Si el anterior post
lo titulé “he vuelto”, ahora digo que si vuelvo es para
quedarme, no para irme otra vez, así que sigo anclado a las tres
palabras que juntas resuenan en mi interior como una melodía
armónica que me incita a vivir y estar en el presente: confío en
mí...
El viernes pinté
una puesta de sol. No tenía ni idea de pintar, pero lo más
importante es que cogí el pincel y me atreví a dar trazos y
colorear el lienzo. Si te equivocas siempre puedes rectificar, pues
para todo hay una alternativa, aunque a veces no lo parezca...
Y
lo mismo pasa con vivir, hay que atrevernos a vivir, que a veces
parece que tenemos miedo, miedo a equivocarnos, y por ese miedo a
equivocarnos simplemente dejamos de vivir, de estar aquí.
Perdón
por la expresión, pero muchas veces la cabeza parece que nos dice
que hagas lo que hagas la cagas. Pues bien, si la cagaste no es el
fin del mundo. No
se puede volver atrás y hacer un nuevo comienzo, pero sí se puede
comenzar a partir de ahora y hacer un nuevo final. Desde
el presente, siempre, construyendo nuestro futuro...
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