Ayer
se abrió el telón,
nuevamente, para representar la obra teatral “Mágica Será”. Los
niños...y no tan niños estaban expectantes, mirando al escenario,
esperando la salida de un elenco de fantasía: el rey cascarrabias y
protector con su hija, su adorable sirvienta obediente y con una
paciencia infinita, las simpáticas hadas, una lila y otra rosa, la
primera muy dispuesta y habladora y la segunda un poco más tímida,
pero que nos suelta un mensaje esperanzador al decir que
nada es imposible.
No puede faltar el malo malísimo de la película, pero que en
realidad es un cachito de pan, tampoco el abuelo, irreconocible tras
toneladas de maquillaje, que muestra una vitalidad envidiable, ni el
encantador primo Gobi que encandila al público con sus poses y
gritos ahogados. Al festín se unen también un oso, un elefante y un
temido dragón que asusta un montón. Por supuesto que hay una
princesa, una bella princesa que cree que la vida es lo que le han
hecho creer, trabajo y responsabilidades, pero un príncipe le hará
ver que hay una alternativa, que la vida puede ser maravillosa. Ayer,
ese loco príncipe, sintió y gritó a los cuatro vientos que la
vida es maravillosa...
Después
se
cerró el telón
y una sonrisa quedó dibujada en las caras de muchos niños...y no
tan niños. Logramos el objetivo: hacer disfrutar a la gente y pasar
un rato agradable. Los niños se abrazaron al oso, otros al elefante
y los más valientes lo hicieron con el dragón, ese dragón que
asusta un montón. Estaban viviendo un sueño, o una realidad, no lo
sé, sólo sé que buscaron desesperadamente a los personajes del
cuento a la salida del teatro, para seguir disfrutando, pero qué es
real y qué fantasía, dónde está la línea que separa lo real de
lo imaginario. Lo adultos creemos saber la respuesta pero tal vez
estemos equivocados...
Ayer
se
cerró el telón,
pero puede que se abra una tercera vez para recaudar fondos
benéficos...y eso nos alegrará un montón...
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