Si los pensamientos
se amontonan en nuestra cabeza y no hay manera de liberarnos de esa
“mosca cojonera”, voy a proponer otra herramienta que, tal vez,
nos resulte más efectiva...
Vamos
a observar los pensamientos pero sin identificarnos con ellos. Cada
vez que nos venga un pensamiento vamos a decir frases como: ¿De
qué color será mi próximo pensamiento? ¿Qué textura tendrá mi
próximo pensamiento? ¿Qué
sabor tendrá?
¿Cómo será mi próximo pensamiento? Con estas frases no nos
identificaremos con los pensamientos porque siempre estaremos
pendientes del próximo que nos venga y no del que ahora nos ocupa.
Probablemente, al principio desfilarán muchísimos pensamientos por
tu cabeza, pero si continúas con la tarea el desfile se irá
aminorando, incluso puedes lograr que pare del todo consiguiendo así
un espacio vacío, de inmensa paz. Si lo has conseguido, enhorabuena,
porque estás libre de pensamientos y tú
no eres esos pensamientos.
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