Si la anterior entrada la titulé con una pregunta, en esta ocasión también utilizo una pregunta: ¿Cómo estás? Cada vez que nos hacen esta pregunta o una parecida tendemos a contestar que todo nos va bien o mal, y esa respuesta está cargada de juicios, pues nos hemos encasillado en el bien y el mal. ¿Por qué, en lugar de emitir ese juicio, no nos mantenemos neutros ante la pregunta? Y he aquí varias opciones para responder: Sintiendo la vida, bailando con la vida, fluyendo, permitiéndome ser. Todas esas respuestas respiran neutralidad...
También quería empezar a poner en práctica lo que hace un tal Mr. Díaz, ser aceptador radical. Suceda lo que suceda, lo acepto sin condiciones. Pues bien, hoy es un buen día para comenzar porque acaba de llamarme mi padre para decirme que me han puesto una multa de unos cuantos euros y me han quitado dos puntos del carnet, así que lo acepto radicalmente. ¡¡¡La vida es maravillosa y quiere lo mejor para mí, lo acepto sin más, jajaja!!! En serio, lo acepto, jajaja...
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