Y me volví a topar con mi amigo Juan, que vino a recoger a otros clientes al hotel y de paso también me llevó a mí a la estación, que hoy dejo Sukhothai para poner rumbo a Chiang Mai. El destino, que quiso reencontrarme con la gente buena...
Allí, en Chiang Mai, me espera una amiga, con lo cual siento que hoy termina un viaje y comienza otro, de estar solo a estar acompañado, pero deseando disfrutarlo igualmente...
Y ya que hoy es un día de transición con otras seis horas de viaje en guagua, voy a hablarles de la comida: El primer día mojé el pico y ha sido un no parar, probando cosas nuevas y las que me faltan aún por probar, sabores que me estallan en la boca por su intensidad, como la piña tropical... Estoy dejando claro que me apasiona comer, ¿verdad?
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