¿Hasta qué punto seguimos anclados al pasado? Cordones de lana que se enredan en el cuello y nos aprietan hasta dejarnos sin aliento, abandonamos nuestro timón por ser esclavos de otros y perdemos nuestro rumbo por hacer imperar nuestro criterio, por intentar tener la maldita razón que siempre nos aleja del corazón. Y perdemos, salimos perdiendo si permitimos que la paz se diluya como un terrón de azúcar en el agua... Ya lo cantaba Antonio Flores, siete vidas tiene un gato... ¿Pero nosotros, cuántas vidas tenemos los humanos? Una, solamente una, así que merecemos vivirla liberándonos de las trampas del pasado, ¿de verdad vas a malgastarla?
No hay comentarios:
Publicar un comentario