Y
con el dorsal “8 VIDA” hice una
nueva carrera en la que acabé más rápido que nunca, 10 kilómetros por debajo de
los 44 minutos. Superé mis límites, una vez más, lo que me hizo reflexionar
sobre mis propios límites. ¿Puedo mejorar más? ¿Estaré esforzándome más de la
cuenta? Esa última pregunta salió de una voz que trata de pararme y contagiarme
de miedos… Yo corro y punto, me dejo
sentir, me trato de superar, me dejo llevar, además nunca llevo reloj y no me
entero del tiempo hasta que cruzo la línea de meta. Corro para disfrutar y eso
es lo que me gustaría seguir haciendo. Y el número 8 junto con el nombre VIDA
bien podría tratarse de vida infinita.
Eso es lo que gustaría, vida infinita
para seguir experimentando y aprendiendo…
Vida infinita la que proyectas, la que das, la que ejerces, la que transmites en cada conversación y en cada línea que tecleas.
ResponderEliminarEres Vida, Ibán Vive.