Y el avión se empezó a mover esquivando las tormentas que adornaban la
mañana de ayer, tímidamente al principio y después con más intensidad,
suficiente para que las voces de la cabecita se asustaran y se pusieran a
elucubrar con un desenlace fatal… Hasta que bajé al corazón y me repetí «quiero
vivir esto contigo», abandonar la mente y meterme de lleno en el corazón,
ese espacio donde reside mi niño interior, aquel que le encantaba subir a un
avión y que disfrutaba con las subidas y bajadas porque le producían cosquillas
en la barriga y se partía de la risa. Los pensamientos y turbulencias
desaparecieron al conectarme con mi esencia, ese niño con el que quiero seguir
viviendo todo lo que venga…
me alegro que sigas teniendo a tu niño interior en tu corazon acompañandonte en el camino de la vida, no sabia nada sobre tu vida hasta que te acabo de ver en una conferencia en lanzarote sobre gente pas y tu libro, me alegro que sigas celebrando la vida como un niño. abrazo.
ResponderEliminarGracias por tus palabras. Un abrazo...
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