Vueltos del revés, con los pies y manos colgando… Y suspendidos en el
aire nuestras miradas se encontraron, unos segundos en los que todo pareció
detenerse y el ruido se silenció, solos ella y yo, soltando el miedo a que
pasara algo, sonriéndonos y celebrando que nuestras historias se hubieran
cruzado. Y si hubiera sido el último instante de nuestras vidas no lo
hubiéramos cambiado, pero seguimos vivos, ambos, así que sigamos jugando…
Preciosa entrada... precioso blog! una suerte haberlo (haberte) encontrado.... gracias!!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, amiga. Tal vez algún día coincidamos...
Eliminar