Ayer volví a bailar con el viento de la mano y voz de Beni Ferrer,
desgarrando su alma para cantar que se puede vivir libre y sin miedos. Y su
hijo Andrés nos recordó a los presentes que la vida es un chiste. Él
representa la superación, pues a pesar de las dificultades ahora vuela libre
como el viento. Un gran ejemplo de que si se quiere, se puede…
A veces trato de ayudar a otros y me hundiría en el mar con tal de llenar
de oxígeno sus pulmones, me adentraría en la cueva más profunda con tal de
llevar luz a su oscuridad, saltaría un abismo si hiciera falta para hacerle ver
que los obstáculos se pueden sortear, correría lo más rápido que pudiera si la
otra persona me lo pidiera, gritaría a viva voz que se puede sanar, se pueden
traspasar los miedos, te puedes liberar… Hasta que comprendes y aceptas que no
puedes rescatar si no quiere ser rescatado, no puedes ayudar si no quiere ser
ayudado… Y es entonces cuando me lleno de paz y me uno a Andrés para sonreír y decir
que la vida es un chiste, disfruten de este grandioso espectáculo…
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