"¡Qué bien! ¡Ya lo tengo todo! Mi camisa favorita, el pantalón vaquero, las zapatillas para correr, los zapatos de la suerte, las cholas para estar cómodos, la otra camisa que combinaba con el pantalón rojo..." Esa hubiera sido mi reacción si la maleta llega el mismo día que se perdió, pero cuando aparecieron el viernes por la mañana lo primero que se me pasó por la mente fue: "¿Y qué hago ahora con todo esto?" Es curiosa la capacidad que tenemos de adaptarnos a las circunstancias, no tenías nada y lo aceptabas... Incluso llegué a desprenderme de los libros, ¿qué más da? Para compartir el mensaje solo necesitas voz y buena actitud, esa de la que tan bien sabe mi caballo ganador, y además es tan intangible que va contigo puesta allá donde vayas. Nada me iba a parar... Pero al final los libros llegaron a tiempo, pues tampoco tenía sentido perderlos, aunque la vida es muy sabia...
No hay comentarios:
Publicar un comentario