La anécdota del día fue encontrarme a un montón de patos apretujados nadando en un minúsculo círculo de agua...
Me salió decirles: ¡Muchachos, salgan de la zona de confort! Si supieran que quinientos metros más arriba había un gran canal con suficiente agua para todos, pero nada, ellos se estaban conformando con una minucia comparado con la inmensidad del mar. Sólo conocen ese círculo y no se atreven a salir. De todas formas parecían felices, tan contentos ellos con su círculo que cada vez más se va reduciendo por la helada. La risa no me pude aguantar por una ocurrencia como aquella. Una mujer pasaba por allí y, al verme sonreír, también le dio por reír, aunque con cara de asombro por pensar que unos patos nadando fueran la causa de tal alboroto...
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