El domingo por la tarde asistí a la llegada de los Reyes Magos en el
pueblo del Islote. Decidí, sobre la marcha, acompañar a mis primos con sus
hijos para ver de cerca el entusiasmo de los niños al entregar la carta a sus
Majestades. Unos iban con Melchor, otros con Gaspar y el resto con Baltasar, y
había otros que aunque su preferido era Melchor, terminaban yendo con el que
estuviera libre en ese momento porque el objetivo era entregar la carta, daba
igual si a uno o a otro…
¡Me pareció bonito! Tampoco es que lo vaya a repetir todos los años ni
mucho menos, pero ir y verlo me hizo arrancar alguna sonrisa, me hizo recordar
ese entusiasmo de cuando yo también era chico…
Últimamente me entusiasmo mucho con la llegada de los Reyes Magos. Ayer
me dijo una amiga que ella creía en los Reyes Magos. Anda, y yo también, le
respondí, y además sé de buena tinta que te conceden aquello que deseas. Sí, lo
sé, porque lo he vivido. Pon todo tu empeño en conseguir aquello que deseas,
da lo máximo de ti y ten fe y confianza en lograrlo. Al fin y al cabo, tú
mismo eres los Reyes Magos…
Queridos Reyes Magos, esto es lo que deseo: seguir teniendo la salud que
tengo y poner todo mi empeño en lograr aquello que me está motivando, mis dos
grandes retos, que si no salen este año saldrán para el siguiente año, pero
continuar con ellos mientras me sigan motivando. También iba a pedir claridad a
la hora de tomar decisiones, porque a veces no sé muy bien qué decisión tomar,
pero yo mismo me estoy riendo porque qué es lo correcto o lo incorrecto. Decida
lo que decida, un aprendizaje será y siempre habrá opciones de rectificar. Pues
a seguir caminando, a seguir decidiendo, incluso a decidir no decidir y que la
vida te lleve y tú te dejes ir. Ah, y un viaje, por qué no, un viaje que me haga
emocionarme nada más subir al avión ¿Son tres cosas, no? Por pedir, que no
quede, jeje. Bueno, acabo ya, que en un ratito llegarán…
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