Ahora que estoy volviendo a leer el blog, sorprendiéndome en muchos casos
por lo que en su momento llegué a escribir, estoy integrando como hábitos algunas
cosas que aprendí…
Una de ellas es dejar los miedos en la ducha. Me encanta la
sensación de ponerme cada mañana bajo la ducha y sentir cómo el agua caliente
se desliza por toda mi piel, desde la cabeza hasta los pies, como si estuvieras
bajo una cascada que te está arrancando los miedos…
Despréndete de todo aquello que no debe estar y comienza el día más
ligero. Una nueva oportunidad está a punto de empezar…
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