Sé la respuesta
que esperas en otros, es decir, si te apetece que alguien te
abrace, no esperes a recibir ese abrazo y sé tú mismo el que vaya a
abrazar a esa persona; si te apetece compartir tiempo con alguien, no
esperes a que esa persona llame a tu puerta para invitarte, sé tú
mismo el que invite a esa persona a pasar una velada agradable. La
respuesta que esperamos en los otros debería nacer en nosotros
mismos, así que por qué no tomar la iniciativa y dar ejemplo
con nuestros actos...
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