domingo, 24 de octubre de 2021

¡Qué asco!

El enfado, una emoción que me cuesta sacar, pero hoy sí abrí las puertas de par en par y la dejé entrar porque no voy a permitir que nadie vulnere mis derechos. Y después el asco, otra emoción primaria que rara vez se aposenta en mi interior, pero hoy vino a recordarme la repulsa y el rechazo hacia unos valores que nada tienen que ver con los míos y que me hacía regañar la cara asqueado por las circunstancias. He perdido la cuenta de las veces que he gritado “¡qué asco!” por lo menos unas quinientas ochenta y ocho y puede que antes de la medianoche llegue a las ochocientas, pero me lo permito porque es la vida misma…  Primero expresar, qué rico y sanador es soltarlo y no quedarme con nada dentro, después llegará la comprensión y será momento de gestionarlo, pero hoy y el tiempo que necesite me permitiré decir sin ningún tipo de remordimiento: ¡qué asco!

 



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