Ayer, con dosis de amor a raudales, me dieron una lección para darme cuenta del extremo en el que me encontraba... Una cura de humildad, entonar el mea responsabilidad y reconocer mi error, que no fue un error como tal sino algo que tuvo que pasar para darme cuenta de lo que debo corregir. Después de la enseñanza toca aplicar el perdón, esa será mi principal ocupación de ahora en adelante, sobre todo a mí mismo por haber caído en la tentación de la reactividad...
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