¿Y si todos somos uno? Charcos de agua de distinta forma y profundidad pero
la composición es la misma, agua. Estamos separados, pero cuando sube la marea
nos mezclamos con el todo, el inmenso océano que nos recuerda de dónde venimos…
Ella en un cuerpo y yo en otro, pero éramos capaces de leernos la mente o
adelantarnos a decir lo que el otro también estaba a punto de decir. Nos
mirábamos a través del cristal y parecía que estábamos cogidos de la mano, jugando
como dos niños enamorados con lo que están haciendo. La conexión estuvo
latente y la magia del directo y la improvisación hizo el resto…
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