lunes, 5 de marzo de 2018

Liberarnos del lastre...


El único vuelo que cogí ayer fue el del avión que me trajo de regreso a la isla del fuego, Lanzarote, y mientras iba descendiendo para aterrizar, el aparato subía y bajaba mecido por el viento, y sentí las cosquillas en la barriga que de niño me hacían reír, y volví a reír, quería seguir…


No pude volar más, no era el momento, en su lugar, la vida me dio la experiencia de ver cómo las personas afianzaban bien sus pies en la tierra, ese es el primer paso, caminar hacia las cadenas que te amarran al sufrimiento, observar las incoherencias y cambiar de dirección para fluir por el camino del amor... Y entonces sí podremos volar, pues lo primero es liberarnos del lastre para que el globo pueda elevarse…

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