El truco es que no hay truco. Esa fue la conclusión a la que llegó
Anabel, esa simpática murciana que vino dispuesta a todo con tal de liberarse
de sus miedos. Así lo hizo, lo dio todo, pero se percató de que realmente todo
lo que necesitaba estaba en su interior. No hay truco, en su interior
está todo lo que necesita…
Y por aquí comparto algo que he leído…
“Así es el perderse para encontrarse. Se hace libre quien se
desprende y olvida de sí para llegar al auténtico sí mismo. Vaciarse por
completo es camino de libertad, de la opacidad a la transparencia unificándose
con el universo entero”.
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