Lo recuerdo como si
fuera ayer. Un tal José Antonio Manchado, que últimamente está
siendo el centro de atención de muchas tertulias, iba a organizar
por primera vez un evento extraordinario, pues los participantes iban
a tener la posibilidad de realizar cosas que, a priori, las verían
como imposibles. Serían capaces de romper flechas, cortar maderas,
caminar sobre cristales rotos y mucho más...
En esos momentos yo
estaba centrado en mi reto. Asistía regularmente a mis sesiones de
reiki y hacía poco que había probado lo de la meditación por
recomendación también de algunas personas. Tenía dudas sobre si
apuntarme o no al evento, así que lo dejé en manos del destino,
como quien dice. Después de pensarlo llegué a la siguiente
conclusión: no voy a ir al evento, a menos que José Antonio me lo
recomiende personalmente. Pues bueno, fue salir del trabajo y justo
antes de llegar al coche que lo tenía en el parking recibo un
mensaje del tal José Antonio: Ibán, sería interesante que
asistieras al evento para reforzar tu actitud. Simplemente sonreí
y pensé: no querías una señal, pues toma señal...
Y sólo puedo decir
gracias porque ese evento significó mucho para mí. Fue un antes y
un después. Es como si antes del evento estuviera bien equipado
nadando a remo, pero después del evento tenía un motor de
propulsión cargado de combustible directo a la meta. Gracias,
José Antonio...
Y este domingo habrá
un evento de similares características en la Pirámide de Costa
Teguise. Mucho ánimo a todos aquellos que quieran superar barreras
porque lo conseguirán, vaya si lo conseguirán. Abrirás una ventana
hacia lo ilimitado...
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