El DVD no reconocía el archivo que estaba dentro del pendrive. La
televisión sí que lo reconocía, pero no lo podía reproducir. Al final parece
que me iba a quedar sin ver la película, pero un cable que conectó el PC con la
tele obró el milagro y pude ver Maktub, que en árabe significa “está
escrito”, una película que te deja un buen sabor de boca…
Y ayer, mientras recorría una vez más la playa de Famara de punta a
punta, me preguntaron si tenía algún lugar predilecto, algún lugar en el que
pensara cuando sintiera que no hay salida. Famara, Famara me ha ayudado
mucho y tengo la inmensa suerte de tenerla muy cerca, fue mi respuesta.
Pero en ese momento, evocando lugares, recordé otro en el que me imaginé
que iba a estar cuando todo esto pasara, celebrando mi sanación, gritando desde
arriba en el silencio un gracias infinito…
Tal vez algún día vuelva y cumpliré el sueño. Cualquier excusa es buena
para viajar…
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