Ya van 100 entradas, artículos o posts en este blog, nada más y nada menos que 100. La verdad es que, como todo en la vida, uno sabe a ciencia cierta cuándo empieza pero no cuándo acaba; sé cuándo inauguré el blog, el 24 de septiembre del año pasado, pero no sé cuánta vida tendrá, ni siquiera me aventuro a predecirlo; sólo sé que hoy es la entrada número 100 y me sorprende y congratula poder anunciarlo, porque tampoco me imaginé llegar tan lejos, lo que no quiere decir que pensara lo contrario, sino que simplemente me ponía a escribir sin marcarme metas y objetivos en lo referente al blog. Se trata de vivir el presente y dejar de preocuparse por el futuro, muchas veces incierto...
Y por eso, porque quiero vivir el presente, hoy celebro que estoy completando mi entrada número 100, un número redondo. A veces echo la vista atrás y me pongo a leer entradas escritas anteriormente...y me sorprende que haya sido capaz de escribirlas yo mismo. A veces me emociono, a veces río y a veces hasta lloro sólo por recordar algunas entradas...y a veces, muchas veces, pienso que mi vida es distinta gracias a este blog...
Hace unos días, cuando estuve en Famara con los pies bajo el agua, me vino a la cabeza que con el blog también "me estaba mojando", que en cierta forma me estaba desnudando ante todos aquellos que me leen, porque he compartido muchos de mis sentimientos o pensamientos vividos a lo largo de esta travesía, he compartido todo lo aprendido, he plasmado todos mis miedos e ilusiones prácticamente a la misma vez que las sentía, o pocos días después, con el tiempo justo de procesar esas emociones y transmitirlas en palabras...
Y hoy, después de 100 entradas, sigo diciendo que quiero seguir viviendo con la mayor intensidad del mundo...
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