Pasé la prueba de fuego, comer las alitas de pollo más picantes y beberme un tequila de un solo trago, así que oficialmente ya me puedo considerar uno de ellos...
Y cuando una familia te acoge como uno más de su clan, tienes la oportunidad de vivir México como jamás pudieras imaginar. Primero, porque acabé asistiendo a una Asamblea Informativa sobre la Reforma Eléctrica, donde miles de mexicanos se congregaron para apoyar lo que está siendo una auténtica revolución del pueblo. Allí conocí a Andrea Chávez, la diputada más joven del partido que actualmente está gobernando y todo el mundo quería fotografiarse con ella, lo que me llamó poderosamente la atención porque en España los políticos no creo que estén tan bien vistos… Y segundo, porque cuando compartes una cena con mexicanos te diviertes intentando hablar como ellos. La neta, la pasé súper chido, la noche estuvo padrísima y no paré de decir pinches pendejadas… Gracias, nunca me cansaré de dar las gracias, la gratitud es la memoria del corazón y convierte lo que tenemos en suficiente... No necesito más, solo ser y estar...
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