Cuando las almas conectan no hay frontera que se interponga entre ellas... Y eso es lo que me pasó con Blanca y Roberto, a los que considero mis papás mexicanos y ellos me acogieron como si fuera su hijo, cuidándome y velando por mi seguridad... Ayer me despedí de ellos, y de sus hijos, mis hermanos, ayer di mi último paseo por la ciudad, ayer dije adiós a Puebla... Las almas conectaron, así que no habrá frontera que se interponga entre ellas...
Atrás quedaron un montón de aventuras y varias presentaciones en las que pude compartir mi experiencia... Que a las pocas horas de emitirse la charla se hubiera compartido más de 200 veces, deja constancia del calado del mensaje y que puede llegar a mucha más gente de que la asistió presencialmente, así que eso es lo que verdaderamente importa... Dejé huella, pero también me dejaron huella, pues conocí a gente increíble que ya ha quedado instalada en mi corazón... ¡Hasta siempre Puebla!
Pero este no es un punto final sino un punto y seguido, pues aún quedan unos cuantos días para que finalice el viaje. Me mudo a otra ciudad y a saber qué experiencias me deparará el destino...