Allí
estaba ella. No sabía nadar, eso decía, pero se lanzó al agua y
flotaba con facilidad. Volvía a repetir que no sabía nadar, pero
allí estaba moviendo sus brazos y flotando. Yo creo que no era
consciente de que eso era nadar. Confiaba, confiaba tanto que hasta
se adentró mar adentro dispuesta a culminar su curso de apnea. No sé
si al final llegó a sumergirse y bajar unos cuantos metros, porque
me tuve que ir antes, lo que sí fue seguro es que superó sus miedos
y se dejó llevar, por el monitor, por el grupo, por la vida, todos
arropándola, lanzándose al agua por primera vez, casi diría yo,
con unos cuantos kilos más agarrados a la cintura, que hasta a mí
me costaba aguantar en la superficie por el oleaje inmenso, pero allí
estuvo ella, abriendo sus ojos bajo el agua mientras aguantaba la
respiración, agradecida por ver los peces mientras relajaba su
cuerpo para disfrutar de la experiencia, como una
gran campeona,
sí señor...
Todos
disfrutamos de la experiencia, pero ver un ejemplo y afán de
superación como el de María Antonia, hace que me emocione y merezca
la pena la realización de los talleres del
Grupo VIVE.
Gracias a todos los que participan, porque son el nutriente que lo
alimenta...
¡¡¡¡¡ Vosotros fuisteis MI fuerza !!!!! ¡¡¡¡¡ Yo puse mi corazón !!!!
ResponderEliminarMil gracias a Manu , a ti Iban , (ahí deposité todos mis miedos ) . me decía ; si Iban fue capaz de adentrarse en su cáncer ¿ por qué yo no voy a entrar en el océano ?.... No bajé de la superficie y no se por qué , solo estuve allí y de vez en cuando miraba el cielo el cual me hizo su regalo con unos símbolos que yo no entendí pero fui consciente de que allí estaban . Mi corazón para todos .