martes, 15 de julio de 2014

¿Quién ganó?

El domingo por la tarde me acerqué a la Miñoca para estar con mis amigos los argentinos y ver el partido de la final del Mundial de Fútbol en buena compañía...

He de reconocer que me lo pasé genial, sobre todo observando lo emocionada que estaba la gente de mi alrededor: cómo se levantaban cuando sonaba el himno de su país, cómo saltaron como locos cuando creían que Argentina marcó el primer gol y cómo se les cambió el semblante cuando se percataron de que el árbitro anuló el gol, ese gol que ansiaban y que nunca llegó. Al final ese gol llegó del lado alemán y con él se empezó a esfumar el sueño de ganar la copa, pero animaron a su equipo hasta el final, con buen perder y deportividad. Hasta yo me puse a brincar y dar palmas porque me lo estaba pasando genial...


Y como le dije a mi amiga Cristina al acabar: lo siento mucho, pero tú también has ganado, porque todos somos uno. Claro, porque somos de un equipo u otro por el simple hecho de haber nacido aquí o allí, por la memoria, pero más allá del lugar o de nuestros gustos o preferencias, ganamos todos o perdemos todos porque la unidad debe prevalecer.

Y con un gran abrazo de despedida y una carcajada cómplice entre ambos, acabé la fiesta del mundial. Y como hubiera dicho mi abuela, ganó el que no perdió...

No hay comentarios:

Publicar un comentario