El otro día me
encantó ver a alguien aconsejando a una pareja que estaba pasando
por una aparente crisis sentimental. Parecía una especie de
psicólogo o terapeuta de parejas, escuchando atentamente lo que
ambos decían, intentando mediar entre ellos y ser lo más neutral
posible. Entonces, aprovechando que uno de ellos se había ausentado,
le salió de forma espontánea, o eso me pareció a mí, aconsejar a
la otra persona con lo siguiente: esta noche pídele que te diga
cinco cosas buenas, para que recuerde todo lo bueno que tienes y
no sólo se centre en lo malo. A mí, que estaba presente en la
conversación escuchando pero no interactuando, me pareció
sencillamente brillante. Es una forma de construir en lugar de
destruir. Vamos a dejar de criticar y juzgar y centrémonos en
elogiar lo bueno de los demás...
Vale, si no podemos
llegar a cinco, al menos tres, o por lo menos una, pero que lo que se
reconozca de la otra persona sea positivo...
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