Ayer
me ví en un parque jugando con seis niños, entre ellos mi sobrino.
Al principio estaba subido
en el columpio
mientras los observaba jugar y con el balanceo echaba la cabeza hacia
atrás y podía ver un cielo azul y nubes blancas dispersas que iban
y venían. Eso me recordó que la mente puede ser algo parecido: el
cielo representa el vacío y las nubes son pensamientos, pensamientos
que vienen y van, y tú simplemente debes dejarlos pasar sin
identificarte con ellos...
Pero
al final acabé corriendo, jugando a una especie de “trincada” o
“cogida”, la de toda la vida, pero ahora parece ser que está más
modernizada, pues el que se la queda es una especie de zombie y la
forma de eliminar al contrario es simulando una mordida en el cuello.
En fin, los tiempos han cambiado, pero yo sigo jugando...
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