viernes, 30 de agosto de 2013

Inevitable

A veces me es inevitable recordar qué hacía yo tal día como hoy el año pasado y compararlo con el hoy, sobre todo con algunas fechas concretas, como la de hoy, que comienzan las Fiestas de Famara. El año pasado recuerdo que había salido del hospital justo un día antes, que estaba dolorido por una prueba médica realizada y que, aún así, no quise perderme la fiesta para despejarme y coger aire de donde fuera.


Después me encontré a una amiga y me prometió que el próximo año estaríamos brindando porque todo habría pasado; incluso acertó al decirme que, por estas fechas, ya me habrían hecho la primera revisión. Acertó en todo su vaticinio menos al afirmar que pasaría un año malo, porque he pasado un año pero no precisamente malo, aunque tampoco lo querría catalogar de bueno, porque eso ya sería ponerle la típica etiqueta de bueno o malo y esa es otra de las cosas que también trato de evitar, aunque a veces me sea inevitable, la de ver todas las cosas como buenas o malas; mejor verlas neutras. Por eso este año no ha sido ni bueno ni malo, simplemente ha sido brutal, bestial, intenso y de constante aprendizaje...

Esta noche, nuevamente, iré a las fiestas y tal vez me encuentre con esa amiga para brindar por este año...ni bueno ni malo, simplemente año.

Y como mañana habrá reiki solidario, para calentar motores voy a compartir esta canción que me han dedicado. ¡GRACIAS!
 
 

jueves, 29 de agosto de 2013

Soltar

¿Para qué cargar con ello si no lo necesitas? Por eso, siempre hay que soltar todo lo que te sobra, porque tú no eres eso y, por tanto, no lo necesitas. ¿De qué manera podríamos soltar? Gritando, gritando sin parar hasta crear un hueco vacío, un vacío que pronto se llenará de paz. ¿Dónde y cuándo lo podríamos practicar? Donde queramos y cuando queramos, aunque si nos da vergüenza que la gente nos escuche gritar, un lugar ideal sería bajo el agua...


Como me dijeron que esto nos podría ayudar, yo voy y lo pruebo...porque me gusta experimentar.

martes, 27 de agosto de 2013

Como un Tsunami

Ayer fui a la playa y, después de jugar un buen rato con las olas, me tumbé al sol contento porque en breve quedaría con mi angelito de la guarda. Luego de estar un buen rato boca arriba, decidí ponerme boca abajo para que la otra parte del bañador se me secara. Sólo recuerdo respirar hondo y fundar la cabeza sobre la toalla, ignorante de lo que se avecinaba...


De repente, sin previo aviso, fui consciente de que una ola me arrasaba a mí y a todo lo que me rodeaba. Mientras, yo reaccionaba a cámara lenta, primero sintiendo el frescor del agua, segundo sonriendo incrédulo ante la situación que estaba viviendo y después, unos segundos después, acordándome de que mi móvil estaba acurrucado bajo la toalla; miré a un lado y nada, miré al otro y tampoco nada, volví a mirar al primer lado y allí lo encontré flotando como una balsa a la deriva. Me levanté riendo y fui consciente de que era objeto de las miradas, así que más me daba por reír. Me puse el móvil lleno de arena en mi bolsillo lleno de arena, cogí la toalla empapada de arena y también mi camiseta transformada en color arena y me dispuse a caminar para llegar a mi “hogarcito” y quitarme toda la arena. Pero después de dar unos pasos, recordé que las llaves del coche también estaban conmigo antes del “tsunami”. Retrocedí los pasos andados con la esperanza de encontrarlas, pero desistí en el intento y seguí mi camino para coger las de repuesto. Mientras caminaba o corría hacia la casa no podía parar de reír, y no podía parar de reír porque pensaba que una ola me lo había arrebatado “todo”, pero seguía vivo, seguía vivo y estaba viviendo ese momento presente. Mientras seguía caminando, una amiga me gritó a lo lejos y me preguntó por qué me reía tanto mientras corría, que parecía un “loco” riéndome solo, lo que provocó más risas si cabe y, después de contarle lo ocurrido, me reconoció que esa era la actitud...
Lo curioso es que ayer, antes de ir a la playa, sentía la necesidad de volver a conectarme con el hoy porque mi cabeza estaba más centrada en acontecimientos futuros. Ayer me quedé sin móvil, sin llaves y bañado en arena, pero me hizo volver al presente, me hizo disfrutar del presente. Mientras pasaba lo que pasaba, sólo sentía no quedar con mi angelito de la guarda, que era lo único que me apenaba, pero al final sí pude...una hora más tarde. El móvil y las llaves, eso es lo de menos, porque estoy vivo y quiero seguir viviendo...


viernes, 23 de agosto de 2013

Tiempo

Tiempo para descansar, tiempo para meditar, tiempo para leer un nuevo libro, tiempo para cocinar, tiempo para compartir, para dar y recibir, tiempo para viajar, tiempo para echar de menos este rincón, tiempo para disfrutar, tiempo para soñar...
 
 
Y es que siete días después de la última vez que escribí, reconozco que he tenido tiempo para hacer todo eso durante mis cortas pero intensas vacaciones, pero hoy, hoy no puedo asegurar que tendré más tiempo para seguir haciendo todas esas cosas que tanto me gustan porque no sé qué pasará mañana, así que mejor hacerlas hoy, mejor hacerlas ahora...

miércoles, 14 de agosto de 2013

A punta de pistola

!Alto! Te estoy apuntando con mi pistola, así que quédate quiet@ y sigue leyendo...

Me da igual lo que estés haciendo en este momento y me es indiferente que quieras o no quieras porque esta bala, repleta de mariposas y corazones, es para tí, sólo para tí porque has sido la persona elegida. Prepárate para un disparo vital...


 
Cuando la bala penetre en tu cuerpo sentirás las mariposas revoloteando en tu interior y produciéndote un cosquilleo inmenso que te hará sonreír...sin parar. Los corazones, en cambio, serán semillas de amor que se plantarán en el fondo de tu corazón. De tí depende que florezcan cada día, así que escucha a tu corazón, que te dirá siempre lo que necesita para que las semillas se fortalezcan cada día.

¿Estás preparad@? Aprovecha esta oportunidad, déjate llevar, así que cierra los ojos e imagina que la bala está aproximándose a tu cuerpo. Cuando la oigas entrar, sentirás tu respiración más profunda de lo normal...y el resto, el resto es lo que te he contado, pero lo tendrás que experimentar, porque más vale una experiencia que mil palabras...
 
...y es que a veces, a veces me sale este niño chico que llevo dentro y me pongo a jugar...

martes, 13 de agosto de 2013

Un año después...

Hoy hace exactamente un año que ingresé en el hospital para comenzar las pruebas que determinarían mi diagnóstico. Recuerdo que estaba aterrado, angustiado, que estaba paralizado. No había camas disponibles y tuve que esperar durante todo el día en la zona de urgencias, sentado en una silla esperando que alguien me llamara. Al final me llamaron, y los enfermeros me dijeron que me había portado genial porque no había protestado. Al subir a la habitación y cambiarme de ropa frente al espejo, ahí no pude más y me visitó el llanto, un llanto ahogado, asustado, apagado. Y cuando las últimas visitas del día tuvieron que partir, me sentía morir con la sola idea de quedarme solo, solo con mi miedo...
Y aunque me ha costado escribir este párrafo más de lo esperado, lo escribo con la intención de plasmar que la vida puede cambiar si uno hace el esfuerzo de cambiar. Hoy, un año después, estoy recordando esa vivencia desde el tiempo, tiempo que me ha hecho madurar y evolucionar, tiempo que me han concedido para agradecer: agradecer que la gente de mi alrededor se ha multiplicado, gente que me ofrece su amor y cariño, cariño a raudales; agradecer que sigo vivo y sonriendo y, lo más importante, agradecer que quiero seguir viviendo...
Hoy, un año después, he hecho cosas que jamás pensé que pudiera hacer, entre otras cosas porque las desconocía; hoy, sólo sé que no sé nada y quiero seguir aprendiendo a vivir...

viernes, 9 de agosto de 2013

Tú puedes

Tú puedes, porque sé que tienes ganas de vida; tú puedes, porque te estás dando la oportunidad de cambiar y de explorar nuevas alternativas; tú puedes, a pesar de que a veces pienses que no puedes porque los miedos te acechan, pero los miedos simplemente merodean y no impedirán que tú sigas avanzando, porque poco a poco tú los irás detectando y los despedirás con un educado “gracias por participar”; tú puedes, porque tu reto es nuestro reto, al igual que yo sentí que mi reto no era sólo mío, sino de toda la gente que estaba detrás apoyándome; no estás sólo, todos somos uno, por eso tú puedes y nosotros podemos...


Y me despido por hoy destilando estas últimas palabras para volver a recordarte que tú puedes...

miércoles, 7 de agosto de 2013

Mensajero anónimo

El domingo, paseando por la playa, quise retroceder unos pasos para volver a leer un mensaje escrito sobre la arena...
 
El infinito es mi límite”
 
Me gustó tanto...que me hizo sonreír, así que desde aquí doy las gracias a ese mensajero anónimo, desde aquí agradezco a esa persona por haberme hecho sonreír y creer que mi límite está en el infinito...
 
Y es que eso de los mensajes en la playa, sin pretenderlo, pueden llegar hasta lo más profundo de nuestros corazones...
 
 

lunes, 5 de agosto de 2013

El Cuarto Acuerdo

Y para cerrar el ciclo de los acuerdos, hoy continúo con el cuarto: “Haz siempre lo máximo que puedas”.

Bajo cualquier circunstancia, haz siempre lo máximo que puedas, ni más ni menos. Independientemente del resultado, sigue haciendo lo máximo que puedas, ni más ni menos. Si intentas esforzarte demasiado para hacer más de lo que puedes, gastarás más energía de la necesaria, y al final tu rendimiento no será suficiente. Cuando te excedes, agotas tu cuerpo y vas contra tí, y por consiguiente te resulta más difícil alcanzar tus objetivos. Por otro lado, si haces menos de lo que puedes hacer, te sometes a tí mismo a frustraciones, juicios, culpas y reproches. No importa si estás enfermo o cansado, si siempre haces lo máximo que puedas, no te juzgarás a tí mismo en modo alguno. Y si no te juzgas, no te harás reproches , ni te culparás ni te castigarás en absoluto”.

Si haces lo máximo que puedas, vivirás con gran intensidad. Serás productivo, y serás bueno contigo mismo porque te entregarás a tu familia, a tu comunidad, a todo. Pero la acción es lo que te hará sentir inmensamente feliz. Siempre que haces lo máximo que puedes, actúas. Hacer lo máximo que puedas significa actuar porque amas hacerlo, no porque esperas una recompensa. La mayor parte de las personas hacen exactamente lo contrario: sólo emprenden la acción cuando esperan una recompensa, y no disfrutan de ella. Y ese es el motivo por el que no hacen lo máximo que pueden. Si emprendes la acción por el puro placer de hacerlo, sin esperar una recompensa, descubrirás que disfrutas de cada cosa que llevas a cabo. Las recompensas llegarán, pero tú no estarás apegado a ellas. Si no esperas una recompensa, es posible que incluso llegues a conseguir más de lo que hubieses imaginado. Si nos gusta lo que hacemos y si siempre hacemos lo máximo que podemos, entonces disfrutamos realmente de nuestra vida. Nos divertimos, no nos aburrimos y no nos sentimos frustrados”.


Dicen que este acuerdo es el que permitirá que los otros tres se conviertan en hábitos profundamente arraigados...

Los tres primeros acuerdos sólo funcionarán si haces lo máximo que puedas. No esperes ser siempre impecable con tus palabras. Tus hábitos rutinarios son demasiado fuertes y están firmemente arraigados en tu mente. Pero puedes hacer lo máximo posible. No esperes no volver nunca más a tomarte las cosas personalmente; sólo haz lo máximo que puedas. No esperes no hacer nunca más una suposición, pero sí puedes hacer lo máximo posible. Si haces lo máximo que puedas, hábitos como emplear mal tus palabras, tomarte las cosas personalmente y hacer suposiciones se debilitarán y con el tiempo, serán menos frecuentes. No es necesario que te juzgues a tí mismo, que te sientas culpable o que te castigues por no ser capaz de mantener estos acuerdos. Cuando haces lo máximo que puedes, te sientes bien contigo mismo aunque todavía hagas suposiciones, aunque todavía te tomes las cosas personalmente y aunque todavía no seas impecable con tus palabras”.

Y colorín colorado...los cuatro acuerdos se han acabado...

viernes, 2 de agosto de 2013

¡A por nuestra medalla!

Ayer, 1 de agosto, hizo un año en el que Mireia Belmonte consiguió la medalla de plata en la prueba del 200 Mariposa en los Juegos Olímpicos de Londres. Recuerdo ver esa final y brincar de la emoción, haciéndome olvidar, por un momento, que pronto ingresaría en el hospital...

Y ayer, 1 de agosto, Mireia Belmonte volvió a ganar la medalla de plata en la prueba del 200 Mariposa en los Mundiales de Natación celebrados en Barcelona. Por poco no fue oro, pero fue una plata meritoria, que refleja el esfuerzo, constancia y tesón de esta nadadora de garra, que se marcó como objetivo seguir en la élite mundial un año después...y lo ha conseguido.


Ayer pensé que todos podríamos colgarnos una medalla. Si consiguiéramos superar los retos que se nos presentan cada día, podríamos presumir de una medalla de oro, una medalla de oro porque oro es lo que valemos, y para superar los retos simplemente hay que hacer lo máximo que podamos...

Y “haz siempre lo máximo que puedas” es justo el cuarto acuerdo, pero otro día les hablaré de ello...

jueves, 1 de agosto de 2013

El Tercer Acuerdo

Como no hay dos sin tres y me consta que hay gente esperando ansiosamente un nuevo capítulo del libro, como mi compañera Noemí, aquí va el tercer acuerdo: “No hagas suposiciones”.

Algunos extractos del libro son:

Tendemos a hacer suposiciones sobre todo. El problema es que, al hacerlo, creemos que lo que suponemos es cierto. Juraríamos que es real. Hacemos suposiciones sobre lo que los demás hacen o piensan -nos lo tomamos personalmente-, y después, los culpamos y reaccionamos enviando veneno emocional con nuestras palabras. Este es el motivo por el cual siempre que hacemos suposiciones, nos buscamos problemas. Hacemos una suposición, comprendemos las cosas mal, nos lo tomamos personalmente y acabamos haciendo un gran drama de nada”.

Toda la tristeza y los dramas que has experimentado tenían sus raíces en las suposiciones que hiciste y en las cosas que te tomaste personalmente. Concédete un momento para considerar la verdad de esta afirmación. Toda la cuestión del dominio entre los seres humanos gira alrededor de las suposiciones y el tomarse las cosas personalmente”.
 


Debemos ser quienes somos, de modo que no tenemos que presentar una falsa imagen. Si me amas tal como soy, muy bien, tómame. Si no me amas tal como soy, muy bien, adiós. Búscate a otro. Quizá suene duro, pero este tipo de comunicación significa que los acuerdos personales que establecemos con los demás son claros e impecables. Imagínate tan sólo el día en que dejes de suponer cosas de tu pareja, y a la larga, de cualquier otra persona de tu vida. Tu manera de comunicarte cambiará completamente y tus relaciones ya no sufrirán más a causa de conflictos creados por suposiciones equivocadas”.

La manera de evitar las suposiciones es preguntar. Asegúrate de que las cosas te queden claras. Si no comprendes alguna, ten el valor de preguntar hasta clarificarlo todo lo posible, e incluso entonces, no supongas que lo sabes todo sobre esa situación en particular. Una vez escuches la respuesta, no tendrás que hacer suposiciones porque sabrás la verdad”.

Y como siempre recalco, hay mucho más recogido en el libro que ayuda a aclarar de qué va cada acuerdo.

Ayer me dijeron que otra forma de no hacer suposiciones es contestando “no sé”...