Acomodarme en la butaca y observar la pantalla, eso es lo que hice ayer cuando fui al cine, ver la película y aunque a veces la música, imágenes y actuación de los personajes me engullían y me hacían estremecer, sabía que no era real... Lo mismo debería hacer con mi cabeza, la mente es una pantalla y lo que se proyecta en ella no es real sino un conjunto de imágenes, recuerdos y pensamientos que nada tienen que ver con lo que soy... Si me creyera el batiburrillo de historias que se generan en mi cabeza me causaría sufrimiento, así que mejor observarlas sin más, de forma neutra e impasible, y poner distancia de por medio...
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