Con tanto correr y correr, acumulé mucho estrés y mi cuerpo se colapsó. Entonces decidí contratar a alguien y me recomendaron una secretaria que, según me dijeron, es divina. Dicho y hecho, le entrego mis problemas y los resuelve por mí. No tengo que preocuparme de absolutamente nada, simplemente soltar y confiar. Como diría mi amiga Ángela, es altamente recomendable, así que ya saben. Por cierto, se llama VIDA.
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