¿La niña que fuiste se sentiría orgullosa de la adulta en la que te has convertido? Llámala, habla con ella, escucha todo lo que te tenga que decir, tal vez esté enfadada contigo por haberla abandonado, dejar sus sueños de lado y olvidar su pasión por vivir, pero si le permites expresarse se reconciliará contigo. Simplemente obsérvala, escucha y recordarás quién eras, pronto te reconocerás en ese espejo. Agárrala de la mano y no te separes de ella, unidas jamás serán vencidas, un tándem perfecto para caminar en equilibrio...
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