Ghost, más allá del amor, quién no recuerda ese último baile entre
Sam y Molly usando el cuerpo de Oda Mae para hacerlo realidad. Ella vive, él
fantasma, pero tienen una última oportunidad para acariciarse, tocarse,
besarse, justo lo que más echamos de menos cuando alguien trasciende. Cada vez
que veo esa escena me emociono y he llegado a decir: ¡qué suerte la de Molly, vivir
esa experiencia tiene que ser alucinante!
Pues el sábado yo viví esa misma experiencia…
Por unas horas tuve la sensación de estar conviviendo con mi amiga Ángela reencarnada de forma natural en el cuerpo de una mujer excepcional. Mismos ojos azul océano, nariz prominente, todo su cuerpo me recordaba a ella, la pasión con la que me cuidaba, cocinándome y mimándome como lo hacía Ángela, la miraba y la veía a ella, me miraba y sentía que era ella. Más allá del amor, no hay palabras para describir el mar de sensaciones que viví, solamente di las gracias por tener una oportunidad así…
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