viernes, 30 de octubre de 2020

Apareció la tristeza...

―¿De dónde viene?

―De Canarias.

―¿Y a dónde va?

―A ver a mi amiga.

―Pero usted sabe que estamos confinados y no podrá salir a la calle, ¿verdad?

―Sí, lo sé, vengo a encerrarme con ella.

―¿Eres tonto? Con lo bien que se está en Canarias sin toque de queda.

―No, soy su amigo, existe un vínculo tan grande entre los dos que no lo sabría explicar con palabras, y aunque estemos en casa sin salir lo voy a pasar fenomenal.

―Pues no le voy a dejar, ¡está prohibido viajar a esta Comunidad!

Y de repente… apareció la tristeza, me abrazó por detrás y me tiró en el sofá, dejándome sin energía para desplegar mis alas y volar… Cuando viene a visitarme me gusta atenderla, sentirla, trascender el duelo, asimilar la pérdida… hasta aceptar que las cosas son como son… y visualizar que en un futuro próximo nuestro encuentro se hará realidad y estaremos juntos compartiendo anécdotas en el sofá…




martes, 27 de octubre de 2020

Aguantar

Sostener o sujetar el peso de algo o alguien, ese es el significado de aguantar. Entonces me pregunto: ¿hasta cuándo debemos aguantar una situación que nos está aprisionando? Demasiada carga nos deja exhaustos, el cuerpo empieza a hablar y sería interesante escucharlo...




viernes, 23 de octubre de 2020

¿Se sentiría orgullosa de ti?

¿La niña que fuiste se sentiría orgullosa de la adulta en la que te has convertido?  Llámala, habla con ella, escucha todo lo que te tenga que decir, tal vez esté enfadada contigo por haberla abandonado, dejar sus sueños de lado y olvidar su pasión por vivir, pero si le permites expresarse se reconciliará contigo. Simplemente obsérvala, escucha y recordarás quién eras, pronto te reconocerás en ese espejo. Agárrala de la mano y no te separes de ella, unidas jamás serán vencidas, un tándem perfecto para caminar en equilibrio...




miércoles, 21 de octubre de 2020

Instinto de supervivencia

Es como si fuera un instinto de supervivencia, algo que me dice "échate a correr", pero si observo la situación como un mero espectador, mi vida no corre peligro viviendo esa experiencia. Es una ilusión, un miedo psicológico, no es real, ni acabaría muriendo ni me provocaría una enfermedad terminal, así que déjate de boberías, Ibán, me digo a mí mismo, y afronta ese miedo que te hace temblar...




domingo, 18 de octubre de 2020

Necesitas cagarla más

Solemos decir a la gente que tengan cuidado no vaya a ser que la caguen. Entonces nos ponemos en alerta, vigilamos nuestros pasos y medimos bien lo que hacemos para evitar cometer algún fallo... Pues a mí me aconsejaron justo lo contrario: necesitas cagarla más. Así, sin anestesia local. La inexperiencia se gana experimentando y si piensas que la has cagado, cometiendo lo que según tu forma de ver las cosas es un error, de los errores también se aprende. La experiencia te llevará al autoconocimiento...




miércoles, 14 de octubre de 2020

La risa espontánea

Entonces me reí y supe con certeza que esa era la dirección que quería seguir: explorar sus vivencias, meterme en su piel y avanzar por un terreno desconocido tanto para mí como para ella... Ese es el camino que quiero seguir, al menos intentarlo... El silencio y la risa espontánea son el verdadero lenguaje del amor, todo lo demás es una mala traducción...




viernes, 9 de octubre de 2020

El transcurrir del tiempo

Un segundo, un minuto, una hora... ¿hacia dónde nos lleva el transcurrir del tiempo? ¿Por qué a unos se les pasa volando y a otros muy lento, demasiado lento? Otros, en cambio, parecen estar en paz con el fluir del tiempo... Un día, una semana, las agujas del reloj siguen en movimiento hacia un futuro que desconocemos... El pasado ya pasó, puedes engañar al reloj echando las agujas hacia atrás, pero lo cierto es que no puedes revivir lo vivido salvo en tus recuerdos, algunas veces malditos que nos amargan el presente divino. Mejor perdonar lo vivido y adentrarnos en un futuro incierto, aunque sin preocuparnos demasiado por el futuro sino tener la vista en el aquí y ahora, ¡qué difícil!, pero no imposible... Un mes, un año... ¿Ya ha pasado un año? Parece que fue ayer, decimos asombrados. Antes sufría con el transcurrir del tiempo, sentía que me hacía viejo, que me iba a faltar tiempo. Ahora agradezco cada segundo que respiro, cada minuto que siento, cada cosa nueva que descubro en esta vida que sigue existiendo porque al reloj no se le ha agotado la batería... Y así seguirá siendo hasta que la vida quiera, el reloj seguirá avanzando hasta llegar al ocaso...




miércoles, 7 de octubre de 2020

La picha un lío

Dos caminos, uno azul, otro amarillo, en medio tú, con la presión de decidir, qué hacer, hacia dónde ir. Te haces la picha un lío... Entonces te detienes y decides no hacer, no decidir, sino observar con los ojos bien abiertos el curso natural de los acontecimientos. A veces no tienes que hacer nada, la acción de otros te dará la respuesta que necesitas, las cosas se darán o no se darán, observa y respira...




lunes, 5 de octubre de 2020

Más allá del amor

Ghost, más allá del amor, quién no recuerda ese último baile entre Sam y Molly usando el cuerpo de Oda Mae para hacerlo realidad. Ella vive, él fantasma, pero tienen una última oportunidad para acariciarse, tocarse, besarse, justo lo que más echamos de menos cuando alguien trasciende. Cada vez que veo esa escena me emociono y he llegado a decir: ¡qué suerte la de Molly, vivir esa experiencia tiene que ser alucinante!

 



Pues el sábado yo viví esa misma experiencia…

Por unas horas tuve la sensación de estar conviviendo con mi amiga Ángela reencarnada de forma natural en el cuerpo de una mujer excepcional. Mismos ojos azul océano, nariz prominente, todo su cuerpo me recordaba a ella, la pasión con la que me cuidaba, cocinándome y mimándome como lo hacía Ángela, la miraba y la veía a ella, me miraba y sentía que era ella. Más allá del amor, no hay palabras para describir el mar de sensaciones que viví, solamente di las gracias por tener una oportunidad así… 

viernes, 2 de octubre de 2020

Aprendí a decir no

Entonces aprendí a decir no, y con el no apareció la culpa por no hacer lo que me enseñaron que debía hacer para ser un buen hijo, buen hermano, buen amigo, buen empleado, buen ciudadano… La culpa se instaló por dentro como un veneno que va adormeciendo lentamente mi piel paralizando mis movimientos, hasta que la detectas, la respiras y la sueltas. Pero con un no también aparece un sí, un sí a la paz que brota de dentro, se me hinchaba el pecho y decía: ¡madre mía, quiero volver a decir no! Un sí a la coherencia, a la prioridad, a darme mi lugar…

 


Aprendí a decir no, entonces apareció la culpa, pero al darme cuenta se está yendo por donde mismo vino para dar paso a un sí rotundo a la vida. Por eso, no me importa decir no cuantas veces quiera…