En estos tiempos que corren, ver a alguien arrastrando su maleta de viaje y que no lleve su mascarilla, ya es considerado como un terrorista. Tal vez no le había dado tiempo a ponérsela o justo se la había quitado para beber un poco de agua, pero el pánico se apodera de nosotros, lo interpretamos a nuestra manera y saltan todas las alarmas. Un turista, una persona non grata, poco menos que un terrorista, aunque lleve puesta su mascarilla...
La mente también puede actuar como un terrorista, arrebatándonos nuestra paz interior. Eso sí que me resuena más… Vivamos con tranquilidad, gestiona tus miedos y confía en la vida, al final pasará lo que tenga que pasar, pero sigue viviendo…
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