miércoles, 5 de agosto de 2020

A la mierda con tu alegría

Ese hubiera sido el título si alguna vez hubiera escrito un libro: a la mierda con tu alegría, me confesó un día entre risas. Mi Ibán, me decía con adoración, y cuando yo no estaba presente les confesaba a sus amigos que yo tenía razón en todo lo que le aconsejaba, pero que luego no lo aplicaba o tal vez le costaba. Mi niña linda, gracias por elegirme como acompañante en tu proceso, le das sentido a todo lo que estoy haciendo y vibro con tu agradecimiento. Siempre estarás presente en mi corazón y, por supuesto, tu asiento no podía quedar vacío el día de la presentación. Un abrazo al corazón, querida Johanna...


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