Ayer fue un día para retomar lo dejado a medias, un volver a coincidir,
un renacer y lo celebré en un lugar especial. No hizo falta estar frente a una
hoguera para celebrar la noche de San Juan, no hizo falta ver el fuego externo
porque ella prendió la llama y avivó mi fuego interno, ese que nace de bien
adentro, que te conecta con la vida y en el que puedes quemar tu sufrimiento y
deleitarte con el olor de las cenizas que simbolizan tu libertad...
La escuché y me quedé prendado una vez
más, su habilidad para cantar, las virguerías que pudo hacer con su voz, agudos
y graves entrelazados de una forma magistral, pura garra y disfrute en el
escenario que me hizo levantarme, llevarme las manos a la cabeza, mirarla sin
pestañear, quitarme la camisa, vitorearla y aplaudir sin descanso… Rumi decía
que solo desde el corazón puedes tocar el cielo. Ella, con su voz, bien
afinada con su corazón, nos llevó al cielo eterno… Y no me canso de escucharla,
quiero más…
Tan cierto cómo cada palabra que le dedicas.
ResponderEliminarUn beso.
Que bueno!!!!
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