Me desperté, aún quedaban unos pocos minutos para que sonara el
despertador, el cuerpo estaba descansado y pensé: «Gracias por haber decidido
impartir el taller». Sonreí, me sentí motivado y me acordé de lo importante que
es la motivación porque vivir sin ella es como estar en un ataúd en medio del
mar a la deriva… Hoy se abrirá el telón para comenzar esta nueva
aventura en la que diecisiete valientes han decidido apostar por encontrar una versión
más sana y coherente con la vida… ¡Que así sea! Lanzo la intención…
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