¿Una cárcel? Un pensamiento hizo acto de presencia y la ansiedad intentó invadir mis pulmones, hasta que conecté con la respiración, inhalé, exhalé, volví a coger aire, solté y deshice el miedo de mi mente. No es una cárcel, se trata de estar en casa, elijo quedarme en casa, aunque ya no es una elección sino un deber u obligación... Entonces empecé a centrarme en lo positivo, esto es algo nuevo, sin precedentes, deberías estar entusiasmado, a ti que te encantan las nuevas experiencias, vívelo como un niño, me dije...
La libertad, sentía que me faltaba, otra vez la mente intentando dar codazos para secuestrar mi paz, hasta que recordé que la libertad no estaba fuera sino dentro y dependía únicamente de mí que no me la arrebataran... Fue así cuando comencé a agradecer lo que sí tengo, una casa que me cobija, una televisión con la que entretenerme, un ordenador con el que escribir, una azotea a la que poder salir para respirar aire fresco... centrarme en lo que tengo y no en lo que me falta... No sé lo que sucederá, pero sí tengo la fe y confianza en que esto también pasará...
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