Son tantas las cosas que quisiera compartir, no sé por dónde empezar... Ya sé, mejor comenzar por el final, pues ayer me dijeron «te compro tu cara», esa cara que me vio al llegar... ¿Y qué transmitía mi cara? Sus palabras me llevaron a recordar el momento vivido, acabar una maratón, ser un maraton man, como el del programa de televisión que se pasa viajando por el mundo mientras recorre ciudad tras ciudad…
Es que mi cara transmitía… No sé, fueron tantas las
emociones sentidas: sorpresa, no me esperaba ver ni a la mitad de la mitad de
mis amigos esperándome en la meta, alegría, lo soñé, me visualicé llegando a la
meta y conseguí que el sueño se hiciera realidad, éxtasis, mi cuerpo se recargó
nuevamente de energía a pesar de haber recorrido más de 44 kilómetros, mi
cuerpo estaba cansado, pero mi alma quería seguir brincando para celebrarlo, paz, sosiego,
saboreé lentamente esta experiencia que probablemente será única y no la querré repetir, complicidad, ella me acompañó durante todo el camino y veló por mi seguridad, ¡cuánto nos reímos! Por ella estábamos todos allí, mi corazón con patas nunca la olvidará… A tod@s los que de una forma u otra estuvieron presentes, inmensamente gracias...
Felicidades, querido amigo. Caminito de ello voy yo. No soy tan grande como tu, pero también quiero intentarlo por mí... y por alguien que se me marchó. Bss
ResponderEliminarLo único imposible es aquello que no intentas, te lo digo por experiencia... Un abrazo...
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