Lo reconozco, qué difícil es no tener expectativas, muchas veces me
cuesta no hacérmelas, pero qué maravillosa sensación la de sorprenderte cuando
nada te esperas… No me los esperaba, a casi ninguno, mi mente los había
borrado, tal vez producto del cansancio, y solamente me tenía a mí mismo
corriendo por esos terrenos escarpados, pero cuando crucé la línea de meta allí
me los encontré, gente que había invertido parte de su tiempo para festejar
conmigo y verme cumplir un sueño, AMIG@S GIGANTES que provocaron una
explosión de gratitud en mi interior y que no quise ni pude reprimir, pues a
cada cara nueva que veía mi gratitud y sorpresa iban en aumento, binomios
perfectos que me han enseñado y les he enseñado, me han compartido y les he
compartido, se han desnudado y me he
desnudado ante ellos sin ningún pudor ni vergüenza porque eran un reflejo,
juntos hemos sanado…
Gracias, AMIG@S GIGANTES, por ser parte de mi camino. La vida, por algún motivo,
nos ha querido reunir y si aún estamos juntos es porque tal vez debemos seguir aprendiendo y sanando, así que sigamos disfrutando de este regalo...
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