Había una vez,
pero ya no. Supongo que
todas las historias son así, con un principio y un final, pero entre medias
pueden surgir un montón de tramas, giros argumentales, de esos que me atrapan y
me dejan enganchado al televisor. La vida misma es así, un inicio, nacemos, y
un final, cuando trascendemos, pero a lo largo del camino nos montaremos en una montaña rusa de emociones y conviviremos con un montón de personajes, algunos
aves de paso, otros se quedarán anidando… Había una vez, pero ya no… ¿Y
cuánto duró?, ¿unos segundos, un minuto, horas, unos meses, un lustro, la vida
entera? El tiempo es lo de menos, además de relativo, lo maravilloso es que
hubo una vez aunque ya no fuera, pero hubo una vez, lo importante es sentirla,
vivir la experiencia…
miércoles, 27 de noviembre de 2019
martes, 26 de noviembre de 2019
Asegúrate de no decirte no...
Una sola frase, para qué más, un titular que me encantó y lo quiero
compartir con los demás: «Cuando digas sí a los demás, asegúrate de no
decirte no a ti mismo».
domingo, 24 de noviembre de 2019
¿Y si fuera ella?
Desconozco la letra, pero sí el título de la canción, la cantaba Alejandro Sanz... ¿Y si fuera ella?
Una cosa es que te lo cuenten y otra bien distinta experimentarlo en primera persona. Ayer la vi, me impresionó y no pude aguantarme las ganas de compartir con ella. Su nariz aguileña, sus ojos azul océano que me miraban con intensidad, incluso con amor, diría yo, sus gestos, su voz, toda ella vibraba con una energía sobrenatural, esa brisa marina que me hizo emocionar y sonreír de alegría... ¿Y si fuera ella? No era, pero era, la reconocí en ella y fue como si hubiera tenido una segunda oportunidad de sentir su tacto, nos abrazamos y tal vez volvamos a encontrarnos... Sí, era ella, la reconocí en ella...
viernes, 22 de noviembre de 2019
AMIG@S GIGANTES
Lo reconozco, qué difícil es no tener expectativas, muchas veces me
cuesta no hacérmelas, pero qué maravillosa sensación la de sorprenderte cuando
nada te esperas… No me los esperaba, a casi ninguno, mi mente los había
borrado, tal vez producto del cansancio, y solamente me tenía a mí mismo
corriendo por esos terrenos escarpados, pero cuando crucé la línea de meta allí
me los encontré, gente que había invertido parte de su tiempo para festejar
conmigo y verme cumplir un sueño, AMIG@S GIGANTES que provocaron una
explosión de gratitud en mi interior y que no quise ni pude reprimir, pues a
cada cara nueva que veía mi gratitud y sorpresa iban en aumento, binomios
perfectos que me han enseñado y les he enseñado, me han compartido y les he
compartido, se han desnudado y me he
desnudado ante ellos sin ningún pudor ni vergüenza porque eran un reflejo,
juntos hemos sanado…
Gracias, AMIG@S GIGANTES, por ser parte de mi camino. La vida, por algún motivo,
nos ha querido reunir y si aún estamos juntos es porque tal vez debemos seguir aprendiendo y sanando, así que sigamos disfrutando de este regalo...
miércoles, 20 de noviembre de 2019
Los viajes son para disfrutar
Desde que era niño me encantaba el atletismo. Disfrutaba viendo a la gente correr y ganar medallas a través de la televisión. Todos ellos eran mis ídolos: Fermín Cacho, Abel Antón, Natalia Rodríguez, a la que por azar o destino la conocí en persona y se convirtió en alguien presente en mi vida, ¡sigo sin creérmelo, pero la vida me la regaló!
Por aquel entonces yo no corría, ni siquiera lo soñaba o deseaba, ¡cuánto cambia la vida!, solamente los veía como un espectador más desde mi vida sedentaria en un sofá y festejaba sus victorias o lamentaba sus derrotas. Y de repente, con la motivación de hacer algo nuevo por primera vez, empecé a correr y al rato apareció él, José Carlos Hernández, un atleta olímpico, de mi tierra, y tuve la oportunidad de probar uno de sus entrenamientos. Correr me gustaba y me hacía bien, pero viajar también y no podía ni quería renunciar a mis viajes por el simple hecho de entrenar. Entonces dijo algo que me conquistó y por eso decidí seguir con él: los viajes son para disfrutar. El flechazo hizo efecto y a partir de ahí me convertí en uno de sus pupilos haciendo caso a todo lo que me decía para salir airoso del reto que me había propuesto, con la única intención de ver si era capaz y así despejar las dudas, nada más y nada menos que una maratón de montaña…
El sábado, cuando llegué a la meta, era él quien me esperaba para felicitarme y festejar conmigo, me abrazó y me emocionaron sus palabras, el agradecimiento circulaba en dos direcciones, de él hacia mí y viceversa… Fue un sueño, me sigue pareciendo un sueño, un atleta olímpico y yo compartiendo el mismo espacio y tiempo, pero lo que me terminó cautivando no fue su faceta de deportista ni su trayectoria deportiva, lo que me enganchó fue su sonrisa, su humildad y su desparpajo sobre el tartán… Gracias, entrenador, por llevarme en volandas hacia una experiencia que me hizo vivir con intensidad y valorar, más si cabe, que la vida es lo más preciado que tenemos...
martes, 19 de noviembre de 2019
Te compro tu cara
Son tantas las cosas que quisiera compartir, no sé por dónde empezar... Ya sé, mejor comenzar por el final, pues ayer me dijeron «te compro tu cara», esa cara que me vio al llegar... ¿Y qué transmitía mi cara? Sus palabras me llevaron a recordar el momento vivido, acabar una maratón, ser un maraton man, como el del programa de televisión que se pasa viajando por el mundo mientras recorre ciudad tras ciudad…
Es que mi cara transmitía… No sé, fueron tantas las
emociones sentidas: sorpresa, no me esperaba ver ni a la mitad de la mitad de
mis amigos esperándome en la meta, alegría, lo soñé, me visualicé llegando a la
meta y conseguí que el sueño se hiciera realidad, éxtasis, mi cuerpo se recargó
nuevamente de energía a pesar de haber recorrido más de 44 kilómetros, mi
cuerpo estaba cansado, pero mi alma quería seguir brincando para celebrarlo, paz, sosiego,
saboreé lentamente esta experiencia que probablemente será única y no la querré repetir, complicidad, ella me acompañó durante todo el camino y veló por mi seguridad, ¡cuánto nos reímos! Por ella estábamos todos allí, mi corazón con patas nunca la olvidará… A tod@s los que de una forma u otra estuvieron presentes, inmensamente gracias...
jueves, 14 de noviembre de 2019
Con nuevos ojos
Y cuando crees que se pueden repetir situaciones pasadas, para, la vida te está dando la oportunidad de no traer el pasado al presente sino construir un nuevo futuro desde el presente, ver con nuevos ojos y desde la inocencia crear una realidad diferente…
martes, 12 de noviembre de 2019
Lo único que sé
Y llegas al punto de no saber nada y lo único que te sale decir es no sé…
No sé por qué aparecen personas de la nada, no sé por qué desaparecen cuando
creí encontrarlas y no sé por qué vuelven a aparecer cuando creí perderlas, un
baile de encuentros y desencuentros mezclados con alegría y nostalgia y
envueltos por una incertidumbre mágica que te hace soltar el apego y bailar en
medio de la nada… Tampoco sé por qué
tomo ciertas decisiones, pero mi corazón late con fuerza y se expande empujándome
a tomarlas y a la postre esas decisiones resultaron acertadas. No sé por qué
sucede, pero me gusta sentir esa expansión, me hace bien, mi paz se agranda, eso
es lo único que sé y por eso me gustaría afinar el oído para que el corazón
siga velando por mí y marcando el rumbo de mi destino, eso es lo único que
sé, pero no sé...
miércoles, 6 de noviembre de 2019
Simplón
Recuerdo que el gran humorista canario Manolo Vieira utilizaba la
expresión “simplón” de forma despectiva, pero graciosa, para referirse a
alguien que estaba siempre despistado: «camina pa’ lante, simplón», le gritaba
con guasa provocando las carcajadas de cuantos le escuchaban. Hoy quiero darle la vuelta y en lugar de ver la palabra como un insulto me gustaría convertirla en
un halago. Un simplón es aquel que vive la vida con sencillez, sin crear
dramas, aceptando todo tal y como es. Simplón es un canto a lo simple, una
reivindicación de que la vida no es complicada sino que nosotros, al montarnos
historias en nuestra mente aturullada, la creemos complicada. La vida es simple,
así es, pero cada cual que la vea como la quiera ver...
lunes, 4 de noviembre de 2019
Nunca hubo nada que perdonar
Entonces lo imaginé caminando por la calle y desde mi ventana alongué mi
cuerpo y le sonreí sin que se percatara de mi presencia, lo seguí observando...
Me di cuenta de que no es que ya lo hubiera perdonado, sino que nunca hubo
nada que perdonar, todo fue perfecto…
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