lunes, 9 de septiembre de 2019

31 kilómetros


Y cuando el speaker dijo que era el momento de volcar nuestro esfuerzo y que cada una de nuestras zancadas dejaría una huella imborrable en el territorio, me llené de motivación. Salí corriendo intentando calmar al caballo salvaje en el que me suelo transformar porque el recorrido era largo, 31 kilómetros, ni más ni menos, nunca había hecho una carrera tan larga y había que dosificar las fuerzas, de menos a más…


Y llegué, llegué y por el camino sentí tu aliento, antes solo me esperabas en la meta, pero ahora me acompañas durante todo el rato transformada en brisa fresca que me anima a continuar y con paso firme llegar a la meta…

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