Corremos y reímos, hacemos el salto de la rana y al
día siguiente estamos llenos de agujetas, por lo menos yo, pero reímos, nos
esforzamos y a veces acabamos extasiados, pero no nos olvidamos de reír, sobre
todo de nosotros mismos, y si hiciera falta disfrazarnos de conejos para correr
y sobrevivir a la caza de depredadores hambrientos lo hacemos, porque nuestra
prioridad es reír y pasarlo bien. Viendo a mis compañeros tengo la certeza de
que estoy en el lugar perfecto, el cariño entre nosotros llegó sin previo
aviso, cada uno aporta un ingrediente a la salsa y la motivación de cada uno
está aliñada con risas y buen humor, y ahí, donde reina la risa y el buen humor, ahí quiero seguir estando yo…
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