martes, 6 de agosto de 2019

Gracias por ser y estar

¿Te acuerdas cuando nos perdimos en la ciudad de Fez? Nunca olvidaré la risa que nos entró. Ahí supimos que no podíamos viajar con cualquiera, pero tú y yo estábamos predestinados… Ese viaje a Jordania, esa cena en el desierto, ese flotar en el mar muerto... Gracias a ti descubrí que me encanta viajar de forma improvisada… ¿Y cuando nos tiramos en paracaídas? Fuiste tú la que me incitaste a hacer cosas nuevas, te lo agradezco tanto… Siempre me decías gracias por ser y estar, pero hoy soy yo el que te da las gracias por ser mi amiga, siete años duró nuestra amistad, pero seguiré recordándote y riéndome contigo aunque ya no te pueda ver ni tocar, porque literalmente fuiste una de esas personas que cambiaron mi vida para mejor...


Gracias por acompañarme en cada presentación y estar atenta a los detalles que a mí se me escapaban, pues mientras yo hablaba tú observabas atentamente a la gente que escuchaba. Gracias por ser la primera lectora de la novela que aún está por terminar, pero yo dejé que poco a poco fueras saboreándola y tus impresiones y sensaciones iniciales me animaron a escribir más. No llegaste a saber la idea que tengo para el final, pero de alguna u otra forma te lo haré llegar. Gracias por presentarme a Tere, el tercio que nos completaba, una gran amistad que me gustaría seguir disfrutando a pesar de que tú ya no estás. Gracias por tus consejos, algunos me resonaban, otros no, pero siempre estaba atento a tus palabras. Gracias por tus mimos y ser tu conejillo de indias, todo lo encontraba buenísimo, ¿quién me va a cocinar ahora? Gracias por mostrarme el camino que quiero seguir… Tú, en cierta manera, decidiste partir, yo, con el permiso de la vida, quiero estar un rato más por aquí… 


¿Y quien me animará ahora con los retos que están por llegar? Cerraré los ojos y sentiré tu aliento. Corazón con patas, un día me pusiste ese apodo y así me quedé, me gusta que me digan corazón con patas. Gracias por permitirme acompañarte hasta casi el último suspiro, no quise perderme la maestría que me estabas brindando, ¿qué hay más allá? Tú ya lo sabes, hazme llegar una señal... Es leer el texto y emocionarme con lo que estoy escribiendo, son recuerdos lindos de una gran y bonita amistad. Ahora dicen que vendrá la tristeza y la deberé abrazar para superar el duelo, pero en el fondo siento paz, mucha paz y agradecimiento, soy un afortunado por haberte disfrutado hasta el final. Gracias por todo, gracias por tanto, en definitiva, gracias Ángela por ser y estar...



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