Voy
a seguir con el viaje, que ya está dando sus últimos coletazos...
Ese
día dejábamos la costa sur de Aqaba
y nos despedíamos de Mizuki, que regresaba a Amman
porque en un par de días cogería un avión hasta Oslo, su última
parada antes de regresar a Japón después de un año viajando por
toda Europa. Ahora me viene el recuerdo de la conversación que
tuvimos en el desierto y lo bien que lo pasamos, pues ella me decía
en inglés los países que había visitado, en total 15, y yo se los
traducía al castellano. La cara de incredulidad al ver lo diferentes
que pueden ser el inglés y castellano con algunas palabras, como
Germany y Alemania, nos hizo reír en más de una ocasión...
Y
nosotros nos disponíamos a vivir una gran aventura, al menos para
mí, que lo hacía por primera vez. Después de días de
incertidumbre en los que no sabíamos si estaría abierto al público
por causas meteorológicas, finalmente pudimos entrar en el Wadi
Mujib, un cañón bastante caudaloso, y adentrarnos hasta la gran
cascada de agua...
Acabamos
con el agua hasta el cuello,
porque en algunos tramos ni siquiera hacías pie. Lo disfrutamos como
niños, jugamos como niños. A pesar del día fresco y nublado, el
agua estaba a una temperatura agradable, incluso cálida en algunos
tramos...
Y
al regresar al punto de partida, el sol nos estaba esperando...
Y
como colofón final, qué mejor que preparar un picnic a orillas del
Mar Muerto y
experimentar eso de flotar en el agua. El día estaba frío, pero me
acordé de una compañera de trabajo que me dijo que todo el mundo
debería experimentar eso de bañarse en el Mar Muerto
al menos una vez en la vida. Lo tenía delante de mí, era la ocasión
perfecta, así que me deshice de la ropa y me saqué la típica foto
de turista. Eso sí, después volví a entrar para disfrutar de la
experiencia con toda la intensidad posible, porque la primera vez
estuve más pendiente de la foto que de otra cosa. Y cierto, flotas
con asombrosa facilidad, sin esfuerzo aparente...
Y
de regreso a Madaba,
una foto espectacular del atardecer sobre el mar...
La
jornada más acuática del viaje estaba acabando. Ya sólo nos
quedaba un día completo para disfrutar, pero qué día...
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