Ayer
tuve un ensayo general porque durante esta semana se desarrollará en
la Villa de Teguise la actividad didáctica “El
fantasma de la máscara dorada”.
En un principio, solamente iba a participar el jueves por la noche
para una sesión extra dirigida a los adultos, esos niños
adulterados, pero dada la demanda y rapidez con la que se vendieron
las entradas, han decidido hacer otra sesión más mañana martes.
Como uno de los actores no puede actuar ese día, me ha tocado a mí
sustituirle. Como me dijeron ayer, lo
mismo vales pa' un roto que pa' un descosío,
jeje, pues eso mismo, que me cogieron de comodín y solamente he
tenido cuatro días para preparar el papel. Lo sorprendente de esto,
es que de esos cuatro días sólo he utilizado dos y el resto me he
despreocupado de ello, y no es que vaya de sobrao, jeje, al
contrario, sino que me lo estoy tomando con una pasmosa tranquilidad
y eso me tiene sorprendido, gratamente sorprendido porque, al
contrario que antes, no estoy nada nervioso. Ayer, cuando entré en
la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe porque el papel que
represento tiene mucho que ver con este sitio, me encontré con este
cartel que decía...
Vamos demasiado deprisa, y eso
es precisamente lo que no quiero, quiero ir despacio, siendo
consciente de todo lo que hago. Al final del ensayo, que todo salió
bien, alguien dijo “tranquilos, que yo voy a estar fuera
controlándolo todo”. Fue escuchar eso y la risa fue inevitable. Si
alguien lo controla todo, mejor, porque yo no quiero controlar
nada ;-)...
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