lunes, 5 de mayo de 2014

Un cartel que decía...

Como ya anuncié, este fin de semana me fui de retiro, y no precisamente al de Madrid, sino a un retiro para meditar...

Mientras esperábamos al resto del grupo para partir rumbo al maravilloso albergue Anatot, lugar donde se celebraría el retiro, mi angelito de la guarda y yo esperábamos en el Centro Comercial Las Arenas y allí había un cartel que decía...


Nunca te olvides de jugar, eso es lo que ponía el cartel. Nunca hay que dejar de ser un niño. Y eso es precisamente lo que hicimos en el retiro: jugar, disfrutar, meditar, aprender, llorar, reír, sí, mucho reír, y compartir la experiencia con un grupo de personas que son mi propia persona. En definitiva, lo que hicimos fue experimentar para acercarnos a la verdad, para conocer quiénes somos realmente. Sí, experimentar, experiencias varias que no se pueden traducir en palabras, así que te animo a participar...

Me dí cuenta que meditar no estaba siendo una prioridad en mi vida, pero los beneficios son tan positivos que sería interesante que a partir de ahora lo fuera, porque la práctica diaria es lo que marca la diferencia...

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