Y como el "no sé" puede ser una tabla de salvación, últimamente estoy utilizando mucho el "no sé". A todo lo que me venga a la cabeza le digo "no sé", a cada pensamiento que me persigue le digo "no sé", sin interpretar nada, porque si caes en las interpretaciones te puedes perder en una maraña de suposiciones que agotan tu energía diaria, y esa energía yo la necesito para vivir, no para suponer e imaginar, la quiero para vivir, para estar aquí, para estar ahora, en el presente...
A veces me pierdo y entro en el juego, pero desde que caigo en la cuenta digo no sé...
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